Una vida de militancia socialista

Luis Fernando Zamora es el líder vigente más experimentado de la izquierda de nuestro país. El abogado de 69 años defendió a presos políticos y familiares de desaparecidos en la última dictadura cívico militar liderara por Jorge Rafael Videla. En 1979 integró la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y fue uno de los fundadores del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el organismo de defensa de derechos humanos más importante por aquel entonces.

Fue electo diputado nacional en 1989 y ocupó su banca hasta 1993. En sus cuatro años en el escaño, Zamora se rehusó a cobrar sus haberes de funcionario público y, una vez terminado su mandato, tampoco quiso hacer uso de la jubilación de privilegio que le correspondía por ley. Ya en el año 2001 fundó el partido Autodeterminación y Libertad (AyL) y volvió a ser electo como diputado nacional finalizadas las Elecciones Legislativas de aquel año.

En sus años como diputado presentó proyectos para la despenalización del aborto, la producción pública de medicamentos gratuitos, la prohibición de inversiones extranjeras, la prohibición de la minería a cielo abierto y abogando siempre por los derechos humanos y de los trabajadores.

En el mes de octubre, el candidato socialista se presentará nuevamente para conseguir la banca de diputado nacional para la Ciudad de Buenos Aires con su partido AyL.

El candidato que hará cumplir las necesidades del pueblo

Luis Zamora presentó su candidatura a diputado para las PASO 2017 en la Ciudad de Buenos Aires. Encabezará la lista de su partido Autodeterminación y Libertad (AyL) junto a la politóloga Marta Martínez y el economista Sergio Sallustio como postulantes a legisladores. El militante por los derechos humanos expresó tras el anuncio: “Pretendo poner una banca al servicio de las luchas populares”.

En el barrio de Caballito y ante una multitud de vecinos que presenciaron el anuncio, el ex diputado nacional dejó en claro su concepto sobre la grieta: “Nos quieren hacer creer que en el país hay una disputa política que no es real. El macrismo y el kirchnerismo se ponen de acuerdo en todo y viven negociando leyes en el Congreso”.

El líder socialista comentó algunas de las acciones que realizará si vuelve a ser elegido como diputado: “Lo primero que haré es denunciar el negociado de la deuda externa e insistir con un proyecto de ley que despenalice el aborto, además de respaldar las luchas de todos los trabajadores del país”.

Terminada la presentación, Luis Zamora se tomó, como siempre, el subte para regresar a su casa ubicada en el barrio porteño de Villa Urquiza. Las actitudes austeras del candidato a diputado marcan una clara diferencia con los políticos que se reconocen populares en nuestro país que suelen movilizarse con custodia personal y en autos de lujo en una nación que tiene el 32,2 por ciento de la población sumergida en la pobreza y el 6,3 por ciento en la indigencia según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Siempre junto al pueblo

Luis Zamora marchará, el próximo sábado 3 de junio, junto al colectivo Ni Una Menos en contra de la violencia machista.

El referente del partido Autodeterminación y Justicia (AyJ) se acercará a Plaza de Mayo y caminará hasta el Congreso de la Nación para pedir, entre otras cosas, por la liberación de Analía Higui Dejesús quien se encuentra detenida desde el 16 de octubre del año pasado después de haber matado a un hombre que, junto a otros, intentaron violarla por ser lesbiana.

Luis Zamora asistirá, con esta, a su cuarta marcha en apoyo a la agrupación Ni una Menos, ya que el candidato a Diputado Nacional por la Ciudad de Buenos Aires para las próximas Elecciones legislativas había participado de las convocatorias que tuvieron lugar en Plaza de Mayo en junio de 2015 y 2016 respectivamente.

El socialista y cabecilla de AyJ es un ferviente defensor de los derechos humanos y como siempre dirá presente en cada movimiento en los que pueda abogar por el bien común de las personas.

La política de privatización de Menem

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El actual senador nacional asumió el 8 de julio de 1898 y se mantuvo hasta el 10 de diciembre de 1999 -cuando terminó su segundo mandato-. El principal problema que debió afrontar al asumir la presidencia -lo hizo cinco meses antes debido a la crisis económica que vivía el país- fue la hiperinflación. En un principio, Menem se alineó a los principios del Consenso de Washington (aunque no cumplió con varios de los puntos propuestos, tuvo un altísimo déficit fiscal, atraso cambiario, aumento del gasto público y presión impositiva). Su política neoliberal la llevó a cabo con la aprobación de la Ley de Reforma del Estado. Con ello fue autorizado a privatizar varias empresas estatales que generaban perdida que el estado no podía solventar.

El quid de la cuestión estuvo en el rol que tomaron los empresarios que se adjudicaron las empresas públicas. Estos no arriesgaron capital propio para expandir y optimizar el sistema, sino que el grueso del dinero fue aportado por los propios usuarios al pagar las tarifas. Para los empresarios inversionistas era un negocio redondo: no tenían competencia, la rentabilidad era segura y las ganancias eran desproporcionadas. La clausula que impedía la interferencia estatal en el precio de los servicios le allanó el camino a los empresarios privados para que aumentaran las tarifas interesados únicamente en la ganancia y desatendiendo la utilidad pública que debían brindar. Si el Estado hubiese implementado estos aumentos en los precios también se hubiesen vuelto rentables.

Por último, el aumento de la productividad también se logró con la reducción del personal y la precarización de las condiciones de trabajo. La administración pública paso de tener mas de 900 mil empleados en 1989 a menos de 300 mil en 1999. Para esta reducción se utilizaron diversos mecanismos: jubilaciones prematuras, despidos, cesantías, el más común y masivo fue el “retiro voluntario”. El Estado, que no tenía dinero para solventar las empresas públicas, terminó gastando 1.229,5 millones de dólares para pagar las indemnizaciones. Para ello recibieron prestamos del Banco Mundial más aportes del Banco Nación Argentino y del tesoro. Lo que llevo, más adelante, debido a los incumplimientos en los plazos pautados para pagar, contantes renegociaciones con intereses gigantescos que, como siempre, vaciaron las arcas del estado.

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Menem lo hizo

María Julia Alsogaray fue secretaria de recursos naturales de 1989 hasta 1999 durante la gestión de Carlos Saúl Menem. El 4 de enero de 1993, la ingeniera -una de las funcionarias favoritas del ex presidente riojano- anunciaba con bombos y platillos que iba a limpiar el Riachuelo en 1000 días. «En 1995 vamos a ir allí a pasear en barco, tomar mate, a bañarnos y a pescar» declaraba quien más adelante terminaría presa, procesada y con sus bienes embargados.

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Bajo la administración de María Julia se realizó el Plan de Gestión Ambiental y Manejo de la Cuenca Matanza-Riachuelo y se creó un Comité Ejecutor de ese plan. Desde el año 96 hasta el 99, el Comité manejó más de 35 millones de dólares, de los cuales 22 fueron al rubro «servicios técnicos y profesionales», que eran consultoras cercanas a Alsogaray que hacían estudios sobre el origen de la contaminación sin llegar a ningún resultado que sea viable para el saneamiento de la cuenca.

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Cuando llegó el final de su gestión al frente de la Secretaría de Recursos Naturales, en el año 1999, María Julia, publicó un libro titulado: «El desafío de la década, 100 hechos que mejoraron la calidad de vida de los argentinos» en el que calificó de forma demagoga su intervención en el Riachuelo: «Un desafío ambiental que encontró su curso». Su patrimonio ya había crecido de 400 mil a 2,5 millones de dólares durante su corrupto mandato.

Más tarde llegaría el Corralito, la crisis económica, el default y María Julia terminaría afrontando cinco juicios por casos de corrupción. En tres fue encontrada culpable, uno de ellos por enriquecimiento ilícito y por el que cumplió una pena de 638 días de cárcel.

El clan Macri: cómo forjaron su riqueza «trabajando» para el Estado

En 1973, el clan Macri era propietario de 7 empresas, finalizada la dictadura esa suma ascendía a 47. Como lo planteó claramente Myriam Bregman, diputada nacional del PTS en el Frente de Izquierda, es de un cinismo total que el presidente nos quiera hacer creer que va a luchar contra la corrupción. La construcción de su emporio familiar nos demuestra lo contrario.
Durante la década del 60 surge Impresit-Sideco, la asociación entre Franco Macri y la empresa constructora de Fiat. A través de ella construyen la primera central nuclear argentina y de América del Sur. Logra, a partir de relaciones con varios funcionarios y amigos de la dictadura militar, tener incidencia en las decisiones de la Comisión de Energía Atómica (CNEA) y se queda así con varias de las licitaciones para el diseño de plantas industriales, eléctricas, puertos, viviendas y distintos tipos de obras.
Con la llegada del gobierno de Juan Domingo Perón sus socios lograron una afinidad especial con José López Rega, lo que le permitió quedarse con licitaciones para la construcción de viviendas. Entre los años 1973 y 1976, el grupo Macri creció considerablemente, creando varias empresas y expandiéndose a otras áreas como los bancos.


En enero de 1976, unos meses antes del inicio de la última dictadura militar, Franco Macri presenta al holding Socma, que será un gran beneficiario de importantes licitaciones durante la dictadura, entre ellas: la represa Yaciretá, la construcción del puente Misiones-Encarnación, la central termoeléctrica de Río Tercero y de Luján de Cuyo, la recolección de residuos de la Ciudad de Buenos Aires, mediante la creación de Manliba, entre otras. En esa época, también, compra Fiat, esta venta terminó siendo un acuerdo para llevar adelante el cierre de plantas y despidos.
La frutilla del postre vendría con la estatización de la deuda decretada en 1982, cuando Domingo Cavallo estaba al frente del Banco Central. Fiat-Sevel y Socma fueron 2 de las empresas beneficiadas. El mecanismo incluía, además de la trasformación en deuda pública de sectores privados, la generación de un sistema utilizado por los empresarios para fraguar autopréstamos. La estatización de la deuda del grupo fue por 170 millones de dólares y la terminó pagando cada ciudadano argentino.
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Macri y Puerta: la amistad que destrozó la economía de Misiones

Mauricio Macri y el misionero Ramón Puerta -actual embajador argentino en España- se conocieron en la Universidad Católica a finales de los años setenta cuando ambos querían recibirse de ingenieros. Desde entonces se hicieron buenos amigos y comenzaron, primero, a compartir viajes juntos por el mundo y más adelante negocios en la provincia del litoral. Cuando Ramón Puerta salió electo como gobernador en el año 1991, Mauricio Macri ya visitaba Misiones junto a su padre para ver avanzar las obras de la Represa Yacyretá. La construcción de la represa había sido decidida por el gobierno de Perón en 1973, pero su licitación se entregó en plena dictadura militar a un consorcio integrado, entre otros, por Impresit-Sideco el holding de la familia Macri.
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Yacyretá fue terminada recién en 1998 y acumuló causas judiciales y comisiones investigadoras por los precios exorbitantes que terminaron pagándose por sus obras, la utilización ilegal de mecanismos de reembolso, como los de la promoción industrial, que fueron adjudicados a los consorcios extranjeros mediante falsa documentación, y las denuncias de ambientalistas y el Banco Mundial por la afectación a la zona, a los ríos, las Cataratas del Iguazú y el desplazamiento de más de cuatro mil familias que vivían en la zona.

Macri cambió su domicilio a Misiones para poder acceder a participar de todas las contrataciones del Estado que exigían residencia en la provincia.En algunos años, las empresas de Mauricio se hicieron cargo de la construcción del puente Posadas-Encarnación, la fábrica de Celulosa Puerto Piray (que quedó a medio construir y fue adquirida así por el Citibank), el asfaltado de la ruta 12 que accede a Cataratas del Iguazú, la pavimentación de la ruta 103 y el asfaltado de la pista del Aeropuerto de Apóstoles.
El gran negocio para SIDECO fue la construcción de la Represa Urugua-í que fue presupuestada en 80 millones de dólares y costó finalmente 300 millones. Terminó en una causa por defraudación y estafa contra el gerente del emprendimiento, Néstor Grindetti, quien iba a ser luego ministro de Hacienda de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires. (Grindetti es actualmente el intendente de Lanús en la provincia de Buenos Aires y titular de cuentas offshore no declaradas, en los paraísos fiscales de Panamá).
Por último, Mauricio logró hacerse acreedor del contrato para construir la costanera de Posadas, un paseo con vista al nuevo espejo de agua de la ciudad, que formaba parte del plan de obras post-Yacyretá. Según los propios misioneros cada metro de la costanera cuesta más que un metro de subterráneo en París.

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La fusión entre Cablevisión y Multicanal que le dio más poder al Grupo Clarín

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El 7 de diciembre de 2007, el gobierno de Néstor Kirchner, con la firma del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, aprobó la compra de Multicanal por parte de Cablevisión. con la adquisición consumada, el Grupo Clarín -dueño de Cablevisión- pasó a ser el mayor operador de cable de la Argentina y uno de los principales de la región. De esta manera, el ya fallecido exmandatario, le dejaba a la futura presidenta un tema menos a resolver y una buena relación -creada en base a favores mutuos- con el establishment del país.

El 10 de diciembre del 2007, tres días después de la aprobación, se sentaría en el sillón de Rivadavia Cristina Fernández de Kirchner y con ella -ya en marzo del 2008- se llevaría a cabo la Resolución nº 125 del Ministro de Economía Martín Lousteau, que establecía un sistema móvil para las retenciones impositivas a la soja, el trigo y el maíz. Esto fomentó la pelea: gobierno versus campo y generó la desunión del Kirchnerismo con el Grupo Clarín por haber tomado partido por el sector rural.

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Todo quedaba en evidencia, poco tiempo después, cuando el gobierno de Cristina presentó el contradictorio plan de desinversión para el Grupo Clarín -entre otros medios- y borrara con el codo lo que Néstor había escrito con sus manos.

Bayarri: «Mi hipótesis es que Macri se autosecuestró»

El pasado 24 de agosto se cumplieron 25 años del secuestro que sufrió el actual presidente argentino Mauricio Macri. El hecho se llevó a cabo en la puerta de su casa en Barrio Parque, Macri estuvo en cautiverio 15 días en el sótano de una vivienda ubicada en el barrio de San Cristóbal, en la Avenina Garay 2882, hasta que su familia pagó seis millones de dólares por el rescate. El secuestro, para la justicia, fue perpetrado por la famosa Banda de los Comisarios, integrada por José «El Turco» Ahmed, Miguel Ángel «Jopo» Ramírez, Alfredo «Poroto» Vidal y el ex suboficial Juan Carlos «Pelado» Bayarri, quien estuvo 13 años preso acusado de ser el cerebro de la banda, pero que fue absuelto en el 2004 luego de que la justicia determinara que su declaración autoincriminatoria había sido realizada bajo torturas. A su vez, castigó a los responsables del hecho, entre los que se encuentraba Carlos Sablich, quien fue, durante muchos años, una persona importante en la Policía Federal, con estrechos vínculos políticos y judiciales e íntimo amigo de Mauricio Macri.

Bayarri recuerda el inicio de todo: «Aparece un anónimo en el Juzgado de Instrucción N 25. En ese anónimo me indican a mí y a otro colega de la Policía Federal como responsables del secuestro. Ambos éramos suboficiales retirados. En Avellaneda, me detienen a mí y a mi padre. Nos secuestran y a mí me llevan a donde antes funcionó el centro de detención ilegal El Olimpo y me torturan durante tres días.

El ex policía escribió el libro “Los frutos del árbol venenoso. El verdadero secuestro del caso Macri”, que ninguna editorial grande quiso publicar. Están las declaraciones, por ejemplo, de un compañero de causa, Carlos Benito, que asegura que Macri no fue secuestrado. Que todo fue inventado para que pueda ser llevado a la arena política. Después de ese hecho él se presenta a la presidencia de Boca y la gana. «El secuestro le permitió ser un hombre conocido», asegura Bayarri.

Por último, manifiesta por qué, para él, la causa quedó inconclusa: «Cuando la Cámara Federal anula lo actuado en mi perjuicio, no permite que se tome como prueba ningún elemento que haya partido de mi declaración. El único elemento válido que había era esa declaración, que como se demostró fue hecha bajo tortura. En la causa solo estaba el anónimo y mi declaración, pero nadie se mete con Mauricio Macri, tiene protección absoluta. Además, nadie se quiere enfrentar con la corrupción en las fuerzas policiales. Sabish es una persona con muchos vínculos políticos y judiciales. La jueza Servini de Cubría, por ejemplo, declaró en la causa a su favor».